domingo, 15 de marzo de 2009

ARTICULO SECTAS Y FAMOSOS



Sectas y famosos


Enero 2, 2009




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Profesorado de Yoga 2009
un año, 12 sábados o 1 mes diploma Federación Argentina Yoga
federacionargentinadeyoga.org/y.htm





Sectas y famosos


30/04/2001

Todavía hay quienes piensan que el mundo de las sectas pertenece a un ámbito marginal que es ajeno a la mayoría de los ciudadanos. La imagen estereotipada que muchos tienen en mente del sectario feliz con cráneo rasurado y coleta, vistiendo hábito oriental y danzando al ritmo del “hare Krishna”, poco o nada tiene que ver con la realidad presente. 
Antonio Luis Moyano (publicado en el núm. 62 de Enigmas)

No es infrecuente que personajes conocidos del mundo de la música, el cine y el espectáculo, también sometidos a las mismas situaciones de crisis personal que nos afectan al común de los mortales, sean seducidos fácilmente por la oferta espiritual de algún gurú. Es el caso, por ejemplo, de Pamela Anderson, la exuberante vigilante de la playa. Según informaban en su día los magazines de “prensa rosa”, la explosiva actriz habría estado atravesando una fuerte crisis como consecuencia de su fatídica relación sentimental con el roquero Tommy Lee, que entonces estaba tratando de “rehabilitarse” de su adicción al alcohol y a las drogas. 

El turbulento baile de avenencias y separaciones entre ambos acabó por arrastrar a la bella socorrista a buscar la ‘paz interior’ en la comuna del “Templo de la Confraternidad para la Autorrealización”, secta odentalista inspirada en las revelaciones del yogui Paramahamsa Yogananda (1893-1952), santón de origen hindú que se asentó en California exportando una nueva técnica de yoga para elevar la conciencia. Suponemos que esta secta experimentaría una notable entrada de adeptos entre el gremio masculino…

Del Helter Skelter al Hare Krishna
A finales de los años sesenta una auténtica eclosión de sectas orientalistas que propagaban un estilo de vida alternativo basado en la práctica del yoga y la meditación trascendental atrajo hasta la India a una auténtica romería de artistas y grupos musicales de moda en aquella época. Para grupos como The Beach Boys, cantantes como Donovan o actrices como Mia Farrow, las filosofías orientales se convirtieron en el mejor remedio para vencer el estrés propio del turbulento y ajetreado ritmo de vida de los artistas. Probablemente no haya habido una figura musical más influyente, y cuya imagen haya estado más ligada al florecimiento de aquellos gurús de babuchas y hábitos orientales que tuvieron su auge en los sesenta, que la de los Beatles. Todavía hoy los seguidores de la secta “Meditación Trascendental” presumen de las numerosas fotografías en las que los componentes del célebre cuarteto británico posaron con el gurú Maharishi Mahesh Yoghi.

El coqueteo de The Beatles con las sectas orientales habría comenzado a finales de agosto de 1967, cuando éstos acudieron a una conferencia que el Maharishi daba en el hotel Hilton de Londres. No obstante parece ser que meses antes George Harrison, el más entusiasta de las filosofías orientales y quien más tarde continuaría su búsqueda espiritual simpatizando con la entonces incipiente comunidad de los Hare Krishna, ya habría tenido algún contacto con el famoso gurú hindú. los sermones del santón debieron encandilar a una audiencia que, por aquel entonces, iniciaba la búsqueda de nuevas experiencias recurriendo al consumo, tan habitual en aquella época, de drogas psicodélicas como el LSD.

En febrero del año siguiente, los cuatro integrantes del célebre grupo de pop decidieron hacer sus maletas para viajar rumbo a la India. Estaban dispuestos a enmendar sus tortuosos caminos dejando las drogas e iluminando sus mentes practicando la “Meditación Trascendental”. El primer cursillo de iniciación duraba tres meses y los Beatles se pusieron como reto la apuesta de quién lograría mantenerse más tiempo meditando en la comuna del Maharshi. El primero en abandonar fue Ringo Starr quien, repelido por la bazofia del rancho a base de alubias y aburrido hasta la somnolencia por la monotonía de tanto rezo en sánscrito, regresó a casa a los diez días tomando el primer vuelo a Londres. Un mes después, y decepcionado por no haber conseguido levitar después de insufribles horas de meditación y ayuno, Paul McCartney decide seguir el ejemplo de Ringo y abandona la comuna del Maharshi. Una vez en el aeropuerto de Londres, Paul confesaría a los periodistas: “Cometimos un error, pensamos que Maharshi tenía algo mágico, pero no es sino un ser humano como usted y como yo, aunque al principio pensamos que no era así”.

Mientras tanto en la India, John Lennon y George Harrison continuaban disputándose méritos para convertirse en el mejor “meditador trascendental” de entre los acólitos del Maharshi… Hastiados de su rígida disciplina, y en vistas a que no habían logrado la “paz interior” después de rezar cientos de horas meditando bajo la sombra del gurú, la otra mitad de Los Beatles también decide abandonar cuanto antes la comuna. Más tarde, John Lennon relataría a la prensa su calamitosa experiencia con el Maharshi: “Cuando le dije que nos íbamos, él nos preguntó” ¿Por qué? y el resto del rollo… y yo le dije “Si eres tan cósmico lo sabrás”, porque estaba siempre intentando insinuar, lo mismo que sus consejeros, que hacía milagros. Así que le dije “ya lo sabes” y él me miró como diciendo “¡Te voy a matar, hijo de puta! “. El karma acabaría pasándole factura cuando un 8 de diciembre de 1980, un miembro de otra secta, un grupo de integristas conocido como “Born Again Christians”, le abatiera a tiros frente a la puerta de su vivienda en el edificio Dakota.

Una estrategia publicitaria muy antigua
La hábil estrategia de aprovechar el gancho de personajes conocidos como medio de proselitismo no es algo nuevo. Muchas sectas (sin que este término albergue connotaciones peyorativas) y sociedades esotéricas han venido utilizando el reclamo de contar entre sus miembros con personajes ilustres del mundo del arte y la cultura como medio eficaz de campaña para arrastrar hasta su redil a nuevos adeptos.

Si son fieles a la tradición histórica de la que son depositarios, y cuyo origen se sitúa en las antiguas Escuelas de Misterios que florecieron años ha en Grecia y Egipto, la Sociedad Secreta de los Rosacruces ha contado entre sus miembros con destacados personajes históricos. Franz Mesmer, Paraceiso, Raimundo Lulio, Isaac Newton, Miguel Servet, el matemático Leibniz, Leonardo da Vinci, Descartes o Beethoven son algunas de las celebridades que citan de la feligresía pretérita rosacruciana. “Destacaron en todas las ramas del saber -puede leerse en los actuales textos rosacruces- y se enorgullecieron de su afiliación a la Orden Rosacruz”. Tampoco están ellos aquí para negarlo…

Hoy día, las numerosas escuelas inspiradas en la leyenda de Christian Rosenkreutz esparcidas por todo el globo no dudan en incluir estos nombres en sus libelos publicitarios, como si se tratara de garantía suficiente que augurase el máximo desarrollo intelectual del neófito que se inscribe en alguna orden rosacruz. Lástima que ni Leibniz se basase en ningún concepto rosacruciano para desarrollar su lógica formal, ni Descartes pudiese escribir su Discurso del método inspirado en algún antiquísimo pergamino rosacruz. Por lo que se sabe, no existe evidencia histórica de que alguno de estos personajes célebres llegase nunca a formar parte de la mítica sociedad esotérica.

Sí la hay de sus intentos por ponerse en contacto con la Escuela Rosacruz, pero estas cartas (custodiadas en el archivo histórico de la Biblioteca de Gdtüngen) jamás recibieron respuesta. Una de dos, o la Escuela Rosacruz no existiría (algo inadmisible para los actuales rosacruces) o les dio calabazas a los más sobresalientes personajes históricos de todas las épocas…

La secta de las estrellas
Rebautizada por la prensa como “la secta de Hollywood” y no sin motivo, la Iglesia de la Cienciología se lleva la palma en esto de fichar a estrellas y famosos del mundo del cine y el espectáculo. Tom Cruise, Nicole Kidman, Kelly Preston, Mimi Rogers, Priscilla Presley, Kristie Alley, Anne Archer, Sonny Bono (ex de Cher), Chick Corea, Patrick Swayze, Brad Pitt y, por supuesto, John Travolta, son algunos de los nombres estelares que forman, o han formado parte, de la feligresía “vip” cienciológica.

John Travolta comenzó a iniciarse en Cienciología a principios de 1975, durante el rodaje de una película en Durango (México). Allí, una compañera de reparto le ofreció el famoso best seller de autoayuda escrito por Hubbard. Entusiasmado por su filosofía, Travolta atribuye su éxito en el mundo del cine y la televisión a la aplicación de la “tecnología” de Dianética. “He sido un actor con éxito durante más de veinte años -afirma el artista-, y Cienciología ha jugado un papel muy importante en ese éxito”.

Otra de las estrellas que resplandece después de liberarse de sus “engramas” (o traumas) es Lisa Marie Presley: “Si no fuera por Cienciología, yo ahora estaría o bien completamente demente o muerta (sic). Estoy por siempre agradecida a la tecnología de Cienciología y al señor Hubbard”. Después de abandonar el mundo del alcohol y las drogas gracias, según ella, a la ayuda de Dianética, Kristie Alley tampoco deja de hacerte publicidad al logotipo registrado por Hubbard. En los boletines cienciológicos, la actriz escribe: “A decir verdad, con toda la sinceridad del mundo: sin Cienciología, estaría muerta. Así que puedo recomendarla personalmente, sin reservas”.

Pero, ¿cuál es el atractivo que tiene la filosofía de Dianética para que más de seiscientas mil personas de ciento treinta países hayan asistido, alguna vez, a alguno de sus cursos de mejoramiento personal? Probablemente el atractivo de Cienciología resida en la fértil imaginación de su fundador, L. Ronald Hubbard (1911-1986) quien, antes de publicar su Dianética: el poder del pensamiento sobre el cuerpo en 1950 (el libro de autoayuda más vendido del mundo), había sido un prolífico autor de novelas de fantasía y Ciencia Ficción que a muy temprana edad había viajado hasta Oriente imbuyéndose de su filosofía. Su paso por la Universidad le llevó a estudiar Psicología y Física nuclear. No es de extrañar que, con tales antecedentes, la filosofía de Dianética sea una exótica y fascinante amalgama futurista que parece aunar elementos del psicoanálisis con ciertas reminiscencias de las filosofías orientales. Una religión en la que cada ser humano es su propio dios. Pero lograr el máximo desarrollo de esas potencialidades divinas exige un esfuerzo de superación constante que pasa, lógica- mente, por los cursillos de Dianética.

Genialidad para unos, esquizofrenia para otros, la “tecnología” Dianética de auto-mejoramiento personal concebida por Hubbard desarrolla un sendero escalonado que permitirá al neófito liberarse de sus traumas (”engramas”) primero, y tener un total dominio sobre la Materia, la Energía, el Espacio y el Tiempo después. Algo así como lo protagonizado por Travolta en Phenomenon, aunque éste necesitara la ayuda de “efectos especiales” para conseguir ese dominio absoluto sobre la materia que promete la Cienciología. (Preferimos evitar el chiste fácil y no mencionar el fiasco artístico y comercial de la película Campo de batalla: la Tierra, basada en la obra homónima de Hubbard).

Este proceso de autorrealización es posible a través de un interminable rosario de ‘auditaciones’, sesiones de terapia con ayuda de un “auditor” quien, a través de un “E-meter” o detector de mentiras, va orientando al neófito a desamarrarse de las trabas originadas por sus conflictos internos para conseguir una liberación personal accediendo al “estado de Clear”. A partir de ahí, el sujeto continuará ascendiendo por “el Puente de Cienciología”, que le permitirá alcanzar un estado de lucidez absoluta a través de los distintos grados escalonados de ‘O. T.’ (Operating Thetan). Sólo la élite de iniciados que logra llegar a este nivel podrá ingresar en la “S. O.” (Sea Organization), una de las cúpulas jerárquicas de Cienciología, rubricando un acta en el que se comprometen a custodiar la “tecnología Hubbard” durante mil millones de años (sic). Pasado ese tiempo, el adepto podrá prorrogar este plazo y decidir si quiere o no continuar formando parte de la Cienciología por otros mil millones de años más…

Cerebros en peligro
Otra secta encaprichada en rodearse de eminencias intelectuales para hacerse propaganda es la todopoderosa Iglesia de la Unificación. Para lavar su imagen de furibundo antimarxista (no en vano mantiene una estrecha relación con su amigo francés Jean Marie le Pen), en 1990 el reverendo Moon viajó hasta Moscú para “hacerse la foto” con Gorbachov y apuntarse quizás el tanto de haber inspirado la Perestroika en la mente del dirigente soviético. Aprovechando las mil y una ramificaciones que, como si de una telaraña se tratase, se extienden por todo el globo para instaurar el nuevo reinado del Mesías Moon, y abusando a menudo de la ingenuidad de muchos eminentes intelectuales, la secta instrumentaliza sus intervenciones en determinados foros para hacerse publicidad.

Una de las estructura-tapadera desplegadas por Moon con el objetivo de “captar cerebros” en el ámbito de la Ciencia y la cultura que contribuyan a ofrecer una eficaz imagen pantalla de la secta es la “PWPU” (Professors World Peace Academy, Academia de Profesores para la Paz Mundial). Bajo un nombre cívico tan pomposo, Moon se sirve de la buena fe de intelectuales y científicos de prestigio, quienes, ingenuamente, acceden a participar en esos foros ignorando que sus nombres servirán de pantalla de imagen para la secta de un Mesías entre cuyos caprichos destaca el hecho de emparejar en matrimonio a parejas de adeptos que no se conocen entre sí.

Famosos para un folletín evangelista
En 1995, las pantallas de los televisores de todo el país se vieron inundados de anuncios protagonizados por el futbolista Donato Gama da Silva. Su imagen sirvió para abanderar la campaña publicitada de Fuerza para vivir, un libro de corte evangelista que se difundió gratuitamente en más de un millón de hogares de España, previa llamada telefónica, también gratuita.

“Después de mi matrimonio -comenta Donato en el ingenuo prólogo del folletín-, mi esposa cayó en un problema de espiritismo que nos impedía vivir en paz. Consultamos a varios “expertos”, entre ellos una bruja que llegó a amenazarnos diciendo que si no hacíamos lo que ella decía, mi esposa Cassia podía morir. Tiramos todos los amuletos y ritos que nos habían mandado y decidimos confiar sólo en Dios. A partir de entonces ya nada fue igual. Dios guió nuestro destino y ha procurado a nuestra familia la paz que deseábamos tener.

El enorme impacto de la campaña televisiva y el desconocimiento de qué o quién lo financiaba hizo disparar una corriente de rumores sobre los supuestos intereses políticos que podían esconderse detrás de las ciento cincuenta páginas del inocente opúsculo.

La edición de ‘Fuerza para vivir’, así como su campaña publicitario, estaba financiada por la Fundación DeMoss. Su fundador, Arthur DeMoss, presidente de una prestigiosa compañía de seguros de Pensilvania, había decidido patrocinar esta campaña después de saldar sus deudas milagrosamente dejando sus negocios “a la buena de Dios”: “Yo debía miles y miles de dólares, a pesar de que trabajaba más de cien horas a la semana. Cuando entregué mi vida a Jesucristo, pronto descubrí que Él prometió aliviar mis cargas, satisfacer mis necesidades y resolver mis problemas. Lo primero que Él hizo fue librarme de las deudas. Ya no tuve que trabajar más de día y de noche, ni tampoco los domingos”.

El hecho de que una de las hijas de Arthur DeMoss, inspirador de la famosa campaña, estuviera vinculada a organizaciones de presión política en Sudamérica, hizo que algunas mentes calenturientas apuntaran una posible conexión de “Fuerza para Vivir” con opciones políticas ultra-conservadoras.

Nunca se supo qué había detrás de una Fundación que utilizaba el gancho publicitario de personajes como el cantante internacional Cliff Richard, el guitarrista Adolfo Rivero, el que fuera embajador de los EEUU Richard G. Capen o el campeón de judo Manuel Orgaz. De la lectura del susodicho opúsculo nos quedamos con una frase de su epílogo: “Incluso a las puertas del Cielo hay una senda que conduce al Infierno…”

Fuente:
http://62.81.205.108/Paginasasp/Secciones.asp?ID=13&Nombre=GRANDES+REPORTAJES&pag=4

 

 

LINK http://mujercristianaylatina.wordpress.com/2009/01/02/sectas-y-famosos/

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